Nutrición en la perimenopausia y menopausia
Cómo recuperar tu energía, balance hormonal y salud ósea
Mi historia: cuando el cuerpo empezó a hablar más fuerte
A los 43 años, mi vida parecía bastante equilibrada. Hacía CrossFit, salía en bici, cuidaba lo que comía… y pensaba que lo estaba haciendo “todo bien”.
Pero algo cambió. Mi energía ya no alcanzaba igual. Dormía menos, mi cuerpo se inflamaba con facilidad, y mi ánimo subía y bajaba sin previo aviso.
Al principio lo atribuí al estrés o al cansancio acumulado. Pero pronto entendí que estaba entrando en una nueva etapa: la perimenopausia.
Y descubrí algo que me transformó:
No se trataba de hacer más ejercicio ni de comer menos, sino de nutrirse de una forma más sabia, más amorosa, más alineada con lo que mi cuerpo realmente necesitaba.
Lo que sucede en tu cuerpo
Durante la perimenopausia y la menopausia, tus hormonas—especialmente el estrógeno y la progesterona—empiezan a fluctuar. Esto puede manifestarse en:
Insomnio o sueño liviano
Cansancio persistente
Inflamación y cambios en el metabolismo
Cambios emocionales y mayor sensibilidad
Pérdida de masa ósea
Sí, puede sonar abrumador. Pero aquí viene lo bonito: la nutrición puede ser tu mejor aliada para transitar esta etapa con fuerza, claridad y bienestar.
Alimentos que abrazan tu bienestar
Incluir estos alimentos en tu rutina puede marcar una gran diferencia:
Vegetales de hojas verdes (espinaca, kale, acelga): ricos en calcio y magnesio para cuidar tus huesos.
Grasas saludables (aguacate, aceite de oliva, semillas de linaza y chía): ayudan a regular tus hormonas y a reducir la inflamación.
Proteínas de calidad (salmón, sardinas, huevos, legumbres): sostienen tu masa muscular, mejoran tu energía y cuidan tu corazón.
Frutas antioxidantes (fresas, moras, cítricos): protegen tu piel y fortalecen tu sistema inmune.
Legumbres y granos integrales (garbanzos, lentejas, avena): aportan fibra, regulan tu digestión y te ayudan a manejar los antojos.
Tip clave: Aumentar tu consumo de proteínas puede ayudarte a mantenerte saciada, preservar músculo y evitar el aumento de peso típico de esta etapa.
La historia de Marta
Quiero que sepas que esto no es solo teoría. Te comparto la historia de Marta, una mujer de 49 años que llegó a mí sintiéndose agotada, con insomnio y antojos de azúcar.
Hicimos pequeños ajustes:
Reemplazó las galletas por un puñado de nueces.
Empezó sus mañanas con un smoothie verde cargado de nutrientes.
Hizo su cena más ligera para dormir mejor.
En solo 4 semanas, Marta me dijo: “Siento que regresé a tener mi energía de antes”. No fue magia. Fue una nutrición consciente, alineada con su cuerpo y su momento vital.
¿Y ahora qué?
Empieza con algo simple: agrega una porción extra de proteína a tus comidas o un puñado de semillas a tu desayuno. Tu cuerpo te lo va a agradecer.
Y si quieres seguir aprendiendo sobre nutrición en esta etapa, déjame un comentario o escríbeme. Me encantará acompañarte en tu camino de bienestar.
Un mensaje para ti
La perimenopausia y la menopausia no son el fin de nada. Son el comienzo de una nueva relación contigo misma. Una invitación a escucharte más, cuidarte mejor y reconectar con tu energía vital.
Pequeños cambios pueden transformar tu día a día. Mejorar tu sueño, tu digestión, tu ánimo… y sobre todo, ayudarte a sentirte plena en tu cuerpo.